sábado, 26 de abril de 2008

El Bohemio, el final

Sobrevivió gracias a un severo lavaje estomacal, y tardo quince días en recobrar su conciencia.
-hay algo grave que debo decirle señor, tras el análisis de sangre realizado a su compañero se le ha detectado positivo el virus del vih; fue difícil mantenerlo con vida y ahora que por fin ha recobrado la conciencia necesitara de atención y cuidados las 24 horas del día. Sus defensas son casi nulas, le daremos una medicación que deberá tomar todos los días sin excepciones y una dieta estricta, ya que su estomago se encuentra vulnerable. Los siento señor-dijo el medico a Marcelo.
Marcelo le dijo que no se preocupara que él mismo era enfermero y seria el encargado de cuidarlo día y noche, de hacerle tomar la medicación y de alimentarlo de la manera correcta.
De esta manera partieron rumbo a la blanca y excéntrica mansión donde vivirían juntos hasta el fin de sus días.
El enfermo lo miraba una y otra vez y no lograba entender quien era aquel hombre que había decidido por motus propia hacerse cargo de su vida. Nunca nadie había hecho nada semejante y por más que se sentía débil, enfermo y sabia en la condición que se encontraba había un calor en lo mas profundo de su alma, una reconfortante sensación que le decía que ya no estaba solo, que alguien estaba enteramente pendiente de cada cosa que le pasaba, que decía, que pensaba y que sentía, esto era muy fuerte para este huérfano, quien por primera vez estaba recibiendo lo que con dinero no había podido comprar, amor.
Por esto fue que decidió no hacerle ninguna pregunta, lo consideró un ángel enviado y se dejo llevar por la situación, aceptando, recibiendo y dando por su parte lo que podía.
Marcelo fue el mejor enfermero, sus comidas sabrosas, caseras, se encargaba desde el desayuno hasta la cena. Poco a poco comenzó a contarle historias de su vida, de su pasado, de donde venia, como había sido de niño, le hablo de sus hermanas, de su madre, de sus deseos, de sus frustraciones, de sus convicciones de sus dudas, lo que lo llevo ante sus ojos a un plano mas terrenal y menos misterioso.
Su salud iba mejorando, su piel comenzaba a cobrar color y su estado de ánimo era vital y relajado, tanto que ya casi no quedaban rastros de aquel enfermo.
Marcelo le confesó que estaba enamorado de el desde el momento en que lo vio por primera vez, ahí supo que sus dos almas debían unirse, que se pertenecían el uno al otro y que él era la persona en esta vida asignada para estar a su lado. El también lo sentía y cuando se ponían los dos muy cerca se deshacían, convirtiéndose ambos en sustancia, olvidando sus cuerpos.
Dos años más tarde durante un frío y húmedo invierno de mar fue Marcelo quien cayó enfermo de neumonía y tres días después murió.
El ya no pudo seguir adelante, lo único que lo mantenía en vida era su amor y ya no estaba, así fue como dejo su medicación y murió dos meses mas tarde, un día de lluvia, y marea revuelta.
Dicen que sus almas ahora son una, ocupan otro cuerpo y cuentan otra historia.

viernes, 18 de abril de 2008

Chupon

me miro al espejo, lo veo y pienso:

- los hombres dejan chupones por la misma razon que los gatos machos se mean todo: marcar territorio.

buenas noches tengo el agrado de decir que he vuelto para quedarme!